lunes, julio 24, 2006

Convocatoria a gente que quiera festejar un cumpleaños cualquiera

Segun la tradición hay que festejar.
Asique el plan es este:
A partir de las 23hrs Smk2jts ensaya en CAJA NARANJA (Bme. Mitre 1241).
Nos encontramos ahi.
Lo que sigue es cuestión del azar.
Salud, dinero, y rock and roll.

viernes, julio 21, 2006

OCTUBRE

octubre

“El delirio es gratuito. Y genera complicidad...”

Aguja que pincha y avisa, minuto que pasa día a día.
Montes de cenizas, de parásitos de colillas, de polillas.
Y el grupo está sentado, algunos parados, otros de rodillas,
observan ciegos, con sus lentes negros…
Tarro repleto de migajas de tiempo en vano, desperdiciado.
Y el agua que llega a los 100 grados, el clímax dice que ha terminado.
Hojas en blanco, cajón sin recuerdos,
figuras repetidas, sin un patrón, desmedidas
Palabras que aunque se acoplen nunca logran un sentido,
sólo son leídas, como palabras consecutivas.
Botón del principio que comienza un sonido ensordecedor.
Enfermedad intrínseca, alienalidad convencionalizada.
Y allí estamos, me incluyo, una vez más,
en la era de la nada, en la era del olvido,
materializamos nuestros sentidos, ya ni escuchamos nuestros latidos.
La muerte en cada rincón, en cada estación,
en cada miserable clon de humanidad invertida.
Apilados como archivos perdidos, van nuestros conocidos.
Hojas marchitas que reposan, esperan inertes su muerte.,
con la paciencia de la hormiga.
Momentos de inspiración, dedicación, satisfacción
que se fusionan para ser uno.
Fiestas hipócritas, con sonrisas dibujadas
que escupen lágrimas de profundo vacío,
de eternas tardes de soledad depresiva
sin mejor cura que pastillas para el insomnio.
Ritmo acelerado que me ayuda a no pensar en mis tristezas.
¿Dónde escondo lo que independientemente se escapa de mi inconsciente?
Madera repercutida que oculta antiguas vidas,
que cambiaron los muebles de lugar,
e hicieron el amor sobre una alfombra o un telar.

No es peso de contrato ni de altura, solo es paso de tiempo y estatura.
Más allá del control termo estático, matemático, reglamentario,
monte cautelosamente el volumen de su verde y viejo espesor,
compruebe la manija de su clavija y se verá casual.
Tampón para su oreja de cabecera.
Cierre el portón que se aproxima una inmensa fila de hormigas,
eterna hilera de mochilas.
Y el humo que es inadvertido en la oscuridad,
es expuesto por la luz del día.
Sincronicemos los tiempos eternos, universales,
y que los habitantes de esos lugares canten a nuestro ritmo.

Y atravesemos la odisea de la vida, pero no sin una previa Ilíada.
Conozcamos los tratados de alquimia, y sepamos qué es el Elixir.
Marcas que emparchan y producen una melodía monocorde.
Yerbas que viajan a una falsa felicidad momentánea
y terminan en una paupérrima putrefacción de la tierra
que almacena la basura ajena.
Y dejémonos sostener por el bastón que escucha los pasos del día a día.
No miremos más el tedioso calendario que se queda sin hojas
agobiando, estresando la mirada perdida.
Las persianas abiertas al máximo.
El vino más viejo descorchado.
Y la vajilla victoriana de porcelana, sin pensarlo dos veces,
entera al piso en mil pedazos.
De este modo, lo material que nos apresa y captura,
morirá dignamente.
Cables que inevitablemente se enredan
aunque con su mejor intención, intenten comunicarnos.
Y esa pintura que sin saberlo,
expresa la esencia, el sentido de tu ser.
Reciclemos los buenos momentos
y vaciemos la papelera de reciclaje que está llena.
Y que la soga del suicidio se llene de telas de araña,
pero que siempre esté colgada.
Ah! Y díganle a Manuela que se apure,
que no tenemos tiempo para pavear en Paris.
Díganle que no haga la cama todas las mañanas,
díganle que pierde el tiempo,
que a la noche cuando se acueste la va a volver a arrugar.
A quien le importa si es un do o un fa, es música, vale la pena.
Sáquense la vincha que comprime las ideas y con el trapo de piso
sacudan la tierra de su vieja imaginación inactiva.
Renovemos toda la estantería y que no nos quede otra alternativa,
Que navegar por el profundo azul de la vía aérea.
Contemplen el arte que en su seno lleva el mundo a cuestas.

Eliminemos la escoria de aquello que odiamos y confiesa:
que eres un humillado más, un inadaptado, que has fracasado,
que te han derrotado vergonzosamente y que como un tonto
has llorado por el que no supo descubrir la magia que emanan tus ojos,
que se rebela, no escucha y se escapa de tu alma.
Confiesa y verás que eres uno mas de los tantos millones
que coleando vivimos con el fracaso del pasado,
en base a la esperanza del futuro.
Sin esa sed de mañanas, sin ese positivismo desmedido
en lo que a nuestro futuro respecta, no sigas caminando,
nunca vas a encontrar una gota de agua.
Sólo hallarás tu esqueleto con restos de piel gusaneada, en descomposición.
Y disfruta la ira, el cólera del momento,
esa sorprendente, pura y garrafalmente sana
depresión de energía negativa
que espera absorta en tu interior la llegada de ese día.
Y dile al ingenuo, al que no sabe lo que hace, que te desate,
en todo caso después lo matas.
Corre y nada en contra del viento y del río,
demuestra que puedes llegar a la otra orilla a si sea sin aliento.
Y utiliza el látigo en el momento necesario.
Quimera, hedor, fluctuaciones inéditas, cataclismos de memoria.
La clave de todo, del buen andar, está en el solitario contrapelo
que aúlla en sus pesadillas de soledad,
contradictoriamente viviendo feliz como nadie nunca lo hizo.

Apenas más arriba ya es otro tema.
La espalda resentida por tanto que no la miran,
saca años por segundo y se niega a abrir los ojos.
Y el labio de abajo, vengativo
sabe que se mueve el doble que el de arriba,
que insólitamente deja dañarse por los dientes de vez en cuando.
Sentarse es sencillo, cómo haces luego para pararte.
Para arriba en ascensor, para abajo por las escaleras.
Y al llegar octubre, se te olvida el año en que vives
y ya estás pensando en la arena.
Y el mundo que grita desesperadamente
desde su aterrador encierro de silencio
que no somos capaces de ver lo que sordos escuchan.
Para que quieres tus sentidos, tu belleza,
sin un cerebro que entienda el valor de lo que llevas.
Como ave de rapiña babeando ante su presa
vas por la vida con tus anteojos de cristal negro
que sólo te nublan la vista.
Nace de nuevo, pero ésta vez
en el caos del oleaje del océano azul profundo
sobre el que, sin límite alguno, planean
las gaviotas de la incoherencia.
En vano disparas tus balas,
estás frente a un espejo y sólo a ti te dañas.
No llores sólo idiota,
si nadie te ve, nadie se compadecerá de ti.
Lo ideal sería que no gastes tiempo en llorar
y saborees el aroma melancólico de la lluvia que se aproxima
y te enamores de ella.
Enciende tu antorcha
sólo para que alguien la apague
y tengas que volver a prenderla.
Y metete en el culo tus momentáneos laureles de victoria,
aprovecha el tiempo y diseña la estrategia
para que el brazo que te asciende no te suelte en la cumbre.
Fruto de ese racimo prohibido de uvas tentadoras,
afrodisíacas, furiosamente elegidas
para contagiar la pasión de sus jugosos días.
Pezuña que rasga la tierra y amenaza
con el puntiagudo cuerno de la fusión de sangre y valentía.
Por eso sobrevivo, gracias a esos privilegiados gemidos del mundo,
del pasto, de las gaviotas, de los laureles, de las hormigas,
del canto de los mudos, de la soledad, de la tristeza,
del sentarse para luego pararse, del ascensor y las escaleras.
No vivo para el rey, tampoco soy la reina,
soy solo un animal más atrapado entre rejas
esperando el camión que me lleve al matadero.
Y la espuma que llega al techo me asfixia,
pero siempre encuentro la burbuja para tomar aire
y seguir ahogándome en este mar de escoria y miseria,
de pies hinchados y raíces secas.

Despliego mis alas de papel glasé plateado,
no soy una perla, no soy la reina.
No intento serlo,
me conformo con el líquido mercurio de la fiebre.
Y el fuego interno de a poco consume todo vestigio de recuerdos,
hoy no se que es ayer y mañana no sabré que fue de hoy.
El viento que aviva y el agua que ahoga,
y el famoso punto intermedio imposible de alcanzar.
Y me expando totalmente,
vomito fantasías reprimidas en noches por el alcohol invadidas,
penosa realidad, triste soledad.
Esclavos encadenados a la lujosa banalidad,
cárceles pomposas con pileta y cancha de golf.
Correas de perro ¿de que material?,
animales sin pensamiento, nacidos para ladrar.
No debí nacer en este mundo,
hace mucho frío y no hay una gota de agua para tomar.
¿Qué pieza me falta para armar el rompecabezas?
¿Porqué hay un agujero si todo cierra?
Risa, rezo, rizo,
rojizo es el infierno que hizo que yo esté hoy acá.
Y asciendo al cielo de la honestidad y detengo mi vuelo en la mitad,
para caer de nuevo en la espinosa y sangrante realidad.
Me pongo a la sombra, por que el sol del mediodía trae cáncer,
y desde allí planeo mi viaje
de ida y vuelta al más allá
escalando la montaña de asociaciones ilícitas.

jueves, julio 20, 2006

Con respecto al enigma de las miradas

-¿Qué te gustaría que te regale para tu cumpleaños?
-Salir a la calle y que no haya nadie.
(Parque Rivadavia. Julio 2004)

miércoles, julio 19, 2006

Mundo Surreal

Bienvenidos a lo que haremos.